domingo, 12 de octubre de 2014
PROMESAS
Las promesas se las lleva el viento. Viven etéreas en los labios y mueren cuando tocan los sentimientos heridos. Vuelan como plumas mecidas por la felicidad pero se ahogan en el estanque sereno de amores pasajeros. El tiempo se llena de ellas, es tan fácil prometer todo aquello que nunca piensas cumplir, que los corazones las lanzan al viento como letanías que acarician el deseo pero hieren la esperanza. Hay promesas hechas de besos que seducen cuando pasan, que escriben con ternura pasajes hermosos que habitan la memoria. Hay promesas que sufren heridas porque las han clavado a la cruz del olvido y agonizan en el monte calvario. Promesas hechas con gracia que tiempo después se alimentan de la más sucia desgracia. Hay promesas preciosas que bailan alegres esperando el momento de hacerse mayores y partir a cumplir su destino. Hay promesas tan dulces que embriagan el paladar del tiempo con una espera que acaricia con sonrisas que enajenan los sentidos. Hay promesas que mueren atravesadas por el frío acero de la más cruel felonía, pero hay otras que surcan el universo de la espera y cuando llegan te besan con labios hechos de la felicidad más pura. Yo quiero esas promesas, las quiero porque cuando llegan sabes que hay alguien que en algún lugar y en algún momento está pensando en ti. Y cuando piensan en ti, y las promesas se hacen preciosas realidades, es porque hay alguien que te quiere de verdad.
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