La vi. El tiempo se detuvo a admirar su belleza serena. A contemplar el verde de sus ojos alegres. Una pizpireta fantasía hecha de miradas eternas. Sus labios sabían a días que nunca acaban y abrazan el alma. Su tibia hermosura perfumaba la calle con un suave aroma a felicidad que te hace cosquillas en el corazón. Se perdió en la distancia dejando un mar de miradas perdidas, un rumor de deseos cálidos que te quitan el frío con tan solo pensarla. Dejó un rubor a piropos heridos que van haciendo la calle en ojos que no callan ni una sola mirada. Aún cierro los ojos y puede sentir ese perfume a nostalgia que viste mis noches de gala. Fue un instante, una estrella fugaz, surcando el firmamento de labios mudos que suspiraban mil besos, pero su recuerdo dejó una estela de antojos, que cuando paseo, aún siento como acarician el tiempo. Mis labios aún evocan el sabor a besos inquietos que dejaron los suyos. Un manantial de poesía hecha con la saliva más dulce. Cuando mis pasos se pierden en el triste camino encuentro los suyos y paseo un ratito, sin prisa ninguna, junto a su precioso recuerdo.
Hay amores que te tocan sin querer, que apenas te rozan pero te dejan la felicidad grabada para siempre en el corazón. Hay mujeres que solo pasan, de soslayo, por tu vida, pero la dejan herida de amor y ya nada es lo mismo, aunque tus deseos se vistan con su preciosa sonrisa. Ahora mis días vagan sin rumbo entre la tristeza de su adiós y la alegría de su recuerdo. Ahora recorro sus piernas infinitas con labios hechos de sueños que rompen contra sus caderas, y cuando cierro los ojos es su ternura la que me besa despacio, con calma. Ahora que estoy solo es cuando la siento más cerca porque con solo pensarla mi amor vive en la eternidad de su mirada. La vida se escribe con sus caricias y sólo espero el momento en el que la belleza de su corazón decida volver, y se quede, como el sueño que nunca ha de partir, en los atrios de una vida que es suya, solo suya.
ERES POESÍA HECHA MUJER
DESEO HECHO SONRISAS
AMOR ESCRITO CON TÍMIDAS MIRADAS,
EL SUEÑO QUE VISTE MI ALMA.
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