miércoles, 22 de octubre de 2014
Te espero cada día como el mar espera la brisa que lo mece. Como el cielo espera el amanecer para que el sol lo abrace con ternura y le regale sus besos hechos de luz. Como la pasión espera las caricias que la encienden. Como el alma espera el paraíso donde pasear su libertad. Como el amor espera un corazón donde cobijar tantos anhelos despertados. Así, así te espero yo, cada día y cada noche, y aunque la espera sea larga mi paciencia es infinita. No hay prisas cuando la felicidad te hace visitas de diario.
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