viernes, 4 de abril de 2014

DRAGÓN

Mis días pasan como imágenes difusas de un amor que asfixia mi corazón de viejo poeta. No encuentro el momento donde mi vida perdió su alegría, donde los fantasmas de la desdicha apresaron mi alma entre la tortura del olvido. La sentiré tan lejos, sentiré sus besos en otros labios, sentiré que su corazón se acelera con el placer de otras caricias, sentiré que mi nombre se pierde entre susurros de un amor que no escapa de mi corazón herido. Busco la muerte, en los campos de batalla plagados de sueños caídos, en los corazones malditos de arpías que no tienen corazón, en los lupanares de amores heridos que suplican besos oxidados. Buco la muerte que mitigue este dolor, que me haga olvidar. Solo encuentro consuelo en la sangre de los enemigos vencidos, en los gritos de agonía de corazones cercenados por la duda. La busco en el campo de batalla porque es mía, ¡mía y de nadie más!, y mientras mi espada cercena besos por doquier, es su mirada la que me mantiene siempre en pie. No me importa morir si es en el cálido regazo de sus brazos, si sus besos exhalan el último aliento de mis labios, no me importa morir cobijado en su mirada de ojos grandes y profundos, pero hasta que llegue ese momento, ¡qué nadie la toque!, ¡qué nadie la dañe!, porque volveré de las frías cavernas del averno para arrancarles el corazón si ella derrame una sola lágrima de dolor. Seré tu caballero, perdido en las batallas del tiempo; Un Sir Lancelot que protege a su Ginebra amada,  un Conan luchando por la vida de su amada Valeria. Seré la espada que defienda tu dulzura, el escudo que te proteja de amores brujos que solo busquen placeres pasajeros. Seré el aliento del dragón que custodie tu sonrisa, la fiera colosal que devore a todos aquellos corazones que te quieran dañar, seré la promesa en el viento de un amor eterno, seré las fauces del miedo que te protegerán cuando el mundo se vuelva sórdido y ajeno. Seré tu necesidad, tu premura, el silencio que acaricie tu belleza tan pura, seré todo lo que necesites, todo lo que pidas, todo lo que sueñes. Y ni las mismísimas garras de la muerte osaran tocarte mientras mi espada proteja tu alma de princesa, porque he sido engendrado para custodiar tu eterna felicidad para siempre, y eso haré mientras quede una sola gota de amor en mi corazón de guerrero. Un guerrero que luchará hasta la muerte por preservar todos tus anhelos. Un dragón que custodiará toda tu felicidad desde el cielo del que has huido, y solo sueño con que quieras regresar a mis besos, a mis ojos, a mi vida, a mi corazón que se muere de tristeza por recuperar las caricias que viven en ti.


SOY EL DRAGÓN QUE CUSTODIA TU BELLEZA
TU LA BELLA, YO LA BESTIA
AMBOS TENEMOS UN CORAZÓN
PERO EL MÍO TE PERTENECE PARA SIEMPRE.

De un guerrero a la más hermosa de las princesas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario