martes, 8 de abril de 2014

SOLEDAD

La perdí una noche de invierno, me dejó con el aroma a soledad que solo pueden dejar los amores eternos, y se marchó tras la estela de sueños fugaces que no sacian el corazón pero si lo alimentan con amores frugales. Me dejó con el corazón en conserva, con la mirada perdida y un "no te quiero" que hirió mi alma furtiva. Voló tras la estela de palabras vacías que llenaron sus oídos con promesas baldías. No me quiso escuchar, de que hubiese servido, me dejó con el deseo herido y un millón de palabras que solo en mi corazón tienen sentido. Cogió sus anhelos, todos los momentos vividos y partió a un viaje del que quizás nunca regrese a mi hogar. No la puedo olvidar, aún conservo el perfume de su cuerpo desnudo jugando por los rincones de la esperanza. Puedo escuchar su risa cada vez que cierro los ojos y me pongo a soñar. Es mi recuerdo más preciado, mi tesoro escondido en el deseo que mana de su ausencia e impregna toda mi vida. Pasearé mi soledad por los salones del infortunio, por los senderos que dejan atrás el país de la felicidad y se adentran en los páramos del olvido. Viajaré solo, ligero de equipaje, solo unos besos añejos, unos recuerdos mustios y unos pedacitos de amor que alimenten mi triste caminar. La buscaré en los palacios de la eterna devoción, en los castillos construidos con el material del que se forjan los sueños, en los mares incólumes que mecen sus recuerdos. La buscaré porque es mi destino, pero sé que moriré de pena en las curvas de este estéril camino.


TÚ ERES EL CAMINO
TÚ DIBUJAS MIS SONRISAS
TÚ ERES EL DESTINO
TU CREAS FANTASÍA EN MI ALMA.

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