Mis besos son tuyos, mi corazón es tuyo. En algún lugar del tiempo mi corazón siempre te pertenecerá, aunque no lo sientas, aunque no lo escuches, será tuyo. Mi corazón vivirá en otros ojos, en otros labios, en otro pecho, pero siempre latirá al son de un tiempo donde me regalaste momentos inolvidables. Quiero que lo grabes en el tuyo para cuando ya no esté.
Es el comienzo de una despedida. No sé lo que durará, no sé cuando me iré, solo sé que me tengo que marchar. Solo quiero que cuando ya no esté, recuerdes que mi amor por ti, por vosotras, es eterno. Nunca podrá perderse en el tiempo porque yo me encargaré de que eso no suceda, pero cuando ya no esté, te pido, que recuerdes porque me he ido. Recuerda que mi corazón que vivía para vosotras se moría de pena en los brazos de la ausencia. Que se tuvo que marchar para no morir de una dosis letal de melancolía. Que la dejadez te lleva a vagar por los desiertos del olvido, y que si te han de olvidar mejor estar muy lejos cuando eso suceda. Vive el momento, porque nunca sabes cuando puede terminar todo, y los momentos que no hayas vivido, esos, ya nunca los podrás vivir, por mucho que quieras, por mucho que lo desees, los momentos que se marcharon, esos, nunca podrán regresar.
A la niña que una vez poseyó mi corazón. A un cariño que yo pensaba eterno pero que solo duró un ratito. A esa sonrisa que desnudaba la vida pero abrigaba el corazón. Al juego que nos unió y ya nunca volveremos a disfrutar juntos. A las tardes hechas de risas que visitan mi melancolía en las largas noches frías. A ese maravilloso don de crear fantasía con un lápiz y un papel. A todos esos trazos hechos con exquisita sencillez que dibujaron, por un tiempo, la felicidad de mi vida.
Esto es un homenaje a una niña, que fueron dos, porque no perdí un corazón, perdí dos corazones, en una batalla de sueños donde, al final, vencieron las pesadillas. Y hoy, ahora, cuando cierro los ojos, aún puedo verlas corriendo por un campo hecho de sueños, jugando con la fantasía que solo pueden crear los anhelos más hermosos. Las veo vestidas con el color de la alegría mientras lanzan a canasta, y el tiempo se detiene a admirar una belleza que se quedó a vivir en mi alma. Un tiempo que se ha perdido para siempre. El balón vuela de sus manos a la cesta, y mis sueños que se fueron con ellas regresan, por un instante a mi vida, mientras el balón se desliza por el aro y nos regala tardes de gloria que nunca han de volver.
ASÍ SE SIENTE MI CORAZÓN, VACÍO,
COMO UNA CANCHA SIN JUGADORES,
COMO UNA TARDE SIN EMOCIONES,
COMO ESE LANZAMIENTO FALLADO,
COMO ESE PASE MAL DADO.
ASÍ ESTOY YO SIN VOSOTRAS.
PORQUE LA BELLEZA DE VUESTRAS RISAS
HUYÓ, PARA SIEMPRE, DE NUESTRA PISTA,
PORQUE CADA VEZ QUE TIRO A CANASTA
SOLO CONTEMPLO LA SOLEDAD QUE ME MIRA.
EL JUEGO NUNCA VOLVERÁ A SER EL MISMO
YA NO HABRÁ MÁS "UNO CONTRA UNO",
NI MAGIA SOBRE LA PISTA,
NI APLAUDIRÉ VUESTRAS ENTRADAS
NI SERÉIS MIS NIÑAS MIMADAS,
Y CUANDO ACABE CADA PARTIDO
SENTIRÉ QUE ES VUESTRO CARIÑO,
EL QUE PARA SIEMPRE, SE HA IDO.
AL JUEGO QUE TANTO ME HA DADO,
PERO, EN CONTADOS MOMENTOS,
COMO LOS GRANDES AMORES
ME HA HECHO SENTIR DERROTADO.
A SUSI Y BEGO