miércoles, 14 de enero de 2015

DESDE RUSIA CON AMOR

He vuelto de las frías tierras del norte, de la patria donde habita el amor que alimenta de sueños mis entrañas, de un lugar hecho de leyendas donde reina la más preciosa de las princesas que el mundo haya visto jamás. Un lugar tan hermoso que está construido con el blanco inmaculado del deseo, un reino donde la lluvia está hecha de copos tan suaves que cuando te rozan sientes el escalofrío de la felicidad recorriendo todo tu cuerpo. He soñado con reinos así, en lo más hondo de mi imaginación he combatido en lugares tan hermosos que pensaba que no existían, hasta que el destino me llevo tan al norte que más allá ya no hay nada más, que no hay más lugares preciosos donde buscar. Un lugar hecho de hielo donde los deseos nunca se marchitan porque duermen en lechos cristalinos que desafían al paso del tiempo. He paseado por campos nevados donde mi princesa guiaba todos mis pasos. He cogido su mano y mientras me mostraba la fría belleza de su reino yo sentía el fuego vivo que latía en su interior. Mientras el aire gélido atenazaba mis músculos, el calor, dulce y plácido, de sus besos calentaba hasta el rincón más escondido de mi corazón. He caminado por páramos tan blancos que desafiaban al mismo esplendor, y cuando me sentía cansado me alimentaba de pedacitos de su amor. Yo, que siempre imaginé lugares así, que cerraba los ojos y viajaba con mi imaginación a reinos donde las princesas aún existían, ahora abro los ojos y puedo contemplar la belleza sin mácula de una princesa de verdad. Ahora sé que no solo en los cuentos existe la felicidad, que la vida te ofrece historias tan hermosas que cuando tus labios hablen de ellas habrá cientos de corazones que las querrán escuchar. He visto dragones hechos de metal, edificios tan altos que desafiaban la divinidad, leones colosales, ríos congelados que besaban con frialdad, mujeres tan hermosas que solo las puedes imaginar, catedrales que tocaban el cielo y al mirarlas comprendes la grandeza de la humanidad, gigantes de hielo que daban miedo al verlos pasar, fortalezas inexpugnables que nadie podía conquistar, historias de príncipes que crearon imperios y desafiaron a dioses. Y en cada lugar volvía la mirada y podía contemplar como el amor paseaba a mi lado, sin más, que solo tenía que extender mi mano para tocar la felicidad, que no había miedos mientras mi hermosa princesa me quisiese besar, que solo necesitaba el calor de su mano para que el mundo fuese nuestro cálido hogar. 

He viajado por mundos donde solo la fantasía podía llegar, y cuando volvía a la realidad, todo seguía allí, y mi princesa, mi sueño hecho de anhelos, seguía a mi lado, con su sonrisa hecha con trazos de escarcha y copos de nieve, para recordarme que la realidad es el lugar más hermoso para aprender a soñar.


NO HAY BELLEZA MÁS PURA
QUE LA BELLEZA DE LA FELICIDAD


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