No necesito más de lo que tengo para ser feliz. El tiempo pasa con mesurable placidez, y en el devenir de los días, siento el suave aleteo de la alegría. Una alegría que regresó de su exilio y vive de alquiler en los momentos que tintan mi vida con delicada calma. Yo, que viví de prestado en los brazos de la tristeza, ahora paseo con tranquilidad por la veredas de regazos que me besan con palabras, y que me regalan gestos tan dulces que empalagan mi alma. Fui deportado de una vida que solo me aportaba migajas de alegría, donde los momentos se vestían de pena y salían a pasear por los caminos de caricias vacuas. Hay prisiones hechas de besos de donde no puedes escapar porque tu corazón está atado a amores serviles, a miradas que no dicen nada, pero callan tantas mentiras que te duele con solo mirarlas. Amores que solo buscan pasar el rato, amores que exigen un precio muy alto por regalar sus encantos. Amores hechos con cimientos anclados al pasado, con traiciones que tarde o temprano se hacen pecado, y esos amores yo no los quiero. Ahora vivo en un amor limpio, inmaculado, un amor que cuando me besa no existe el pasado, un amor que toma mi mano y es capaz de pasear a mi lado ante los ojos de un mundo que ya no vive engañado. Soy feliz, cuando una niña me mira a los ojos, y me dice: "Que bueno que has regresado", cuando no sonrío, y esa misma niña, guía mis pasos para devolverme al camino correcto, al camino que dejé abandonado por un puñado de mentiras y unos besos que nunca me amaron. Soy feliz cuando mis noches se llenan de sonrisas hechas con la sinceridad de aquellos que llamo AMIGOS, cuando un mensaje, a las dos de la madrugada, me dice "¿qué te pasa, estás bien?. Hoy te he visto triste". Y sonrío mientras lo leo, porque muy cerca hay un corazón que se preocupa, que late al ritmo que impone mi vida, y eso, eso es lo más hermoso del mundo. La felicidad es mi amante, una amante hecha con momentos que regalan promesas eternas, con niñas que sueñan mujeres, y que cuando las miro sé, que ellas salvaron mi vida. Momentos construidos con lágrimas y tristeza infinita, que huyeron perseguidos por corazones que protegieron al mío. Ahora vivo en un mundo hecho de amigos, hecho con el cariño de todos aquellos que me vieron morir, y que en ese momento, decidieron dejar su vida a un lado y preocuparse solo por mí.
Este texto está hecho de ellos, y de ellas, de un demonio bueno y un ángel travieso. Ellas saben quienes son. De amigos que lo dejaron todo para salvarme, y darme la felicidad en la que hoy vivo. Este texto es para una mujer hecha de sueños que me devolvió la capacidad de soñar. Este texto es para hacerles saber a todos que hoy vivo en la felicidad, en el paraíso que ellos construyeron para mi corazón, y que por ello mi gratitud será eterna. Que un día puedo estar triste, pero que en mi vida reina la alegría, y que cuando estoy a vuestro lado no recuerdo el pasado porque solo veo el futuro. Que vivo el presente en sus ojos, en sus labios, en sus manos, que ya no me importan amores que se mueren de olvido, amores que solo son pasado y a los que nunca debí estar atado. Ahora cierro los ojos y siento una suave brisa del este que me envuelve y hace que mis días sean arlequines hechos de risas. Y yo que una vez quise ser aire; amo a una brisa que es capaz de regalarme un "te amo" con solo tocarme.

¡Gracias por salvar mi vida!.
"Estos pensamientos son un homenaje a dos niñas, que como he dicho, serán mujeres maravillosas un día. A mi Ángel Travieso - para que no se preocupe tanto - , y a mi Demonio Bueno - para que me siga regalando su alegría -. Esto es para todos mis amigos, pero es un homenaje a vosotras. Mi corazón es vuestro porque os lo habéis ganado día a día, en cada batalla, con cada lágrima, con cada noche en la que no deseaba vivir y vosotras me distéis la vida"
Para Oana y Mirela. Donde quiera que estéis yo siempre estaré con vosotras. Siempre.
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