lunes, 18 de agosto de 2014
Nada dura eternamente. ¡Que gran mentira!. Hay sentimientos y momentos que perduran para siempre en el corazón. El primer beso, la primera mirada, la primera caricia. Los sueños que siempre perseguimos y nunca alcanzamos. La mujer que te lo dio todo a cambio de nada, que te dejó vivir en su vida como si fuese la tuya y te regaló esa felicidad que pocas veces encuentras. El amor que habita en los lugares más profundos del alma y que nunca nos traicionará. Las palabras que te dieron abrigo cuando el frío de la soledad te calaba hasta los huesos. La madre que te veló cuando la tristeza era tu amante habitual. La amistad que sobrevive al paso del tiempo y a las inclemencias de los errores humanos. Hay personas y vivencias que perduran para siempre en el alma y en lo más profundo del corazón. Momentos que ni el tiempo, ni la distancia, ni tan siquiera el olvido pueden destruir, momentos forjados en la eternidad. ¡Brindo por todos ellos!. Por las parcas notas de la alegría que nos visita cada vez que paseamos por tan bellos recuerdos, cada vez que cerramos los ojos y podemos rozar con el pensamiento los momentos, que una vez, en los albores del tiempo nos hicieron felices, y ahora, nos acompañan toda la vida. Y por aquellas personas, que conociendo nuestros defectos, se mantienen a nuestro lado, y a los que tenemos el honor de llamar amigos en la inmortalidad de nuestro corazón, que también es el suyo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario