viernes, 27 de junio de 2014

A MI HIJA SIN SERLO, A MI CORAZÓN SIN TENERLO

Esta noche he soñado contigo. He compartido unos momentos que ya no nos pertenecen y he sentido tu sonrisa y tu tristeza a la par, rozando un tiempo que se fue por las grietas que dejó el pasado. He vuelto a abrazarte como antaño y por una noche he regresado al placer de tus labios, a dejarme acariciar por tu suave sonrisa, a recostar mi ilusión en el hombro de un tiempo perdido. Nada era igual y todo había cambiado, pero tus ojos continúan mirando con la calidez de una tarde de verano. Es triste tener que viajar al mundo de los sueños para estar contigo, para poder disfrutar de tu compañía sin la condena a la que han sido lastrados nuestros corazones. Tantos años y solo me ha quedado eso. Tu presencia en mis sueños como un fantasma del pasado que habita en los recuerdos y se alimenta de mis sueños. El tiempo se ha deslizado tímido entre nuestras manos pero no permitas que nadie habla de traición, porque nunca os he traicionado, solo me he perdido en una vida que no es la mía pero que con el tiempo la haré mía, viviré en ella porque no tengo otra. La mía aprendió a olvidar y ya no me quiere, pero no pienses ni por un instante que mi corazón no es tuyo, porque todo mi cariño te pertenece por siempre y eso no lo cambiará nada ni nadie. Ni la mala fe de unos, ni la ignorancia de otros, ni el tiempo, ni el amor, ni las mentiras, ni el olvido, siempre serás mi hija, pase lo que pase, le pese a quién le pese. Así que si alguna vez lees esto te pido que cuando alguien hable de traición le mires a los ojos y le digas que yo me fui por amor, me marché para no morir de tristeza, y que siempre he hecho lo correcto y os he amado como a nadie en este mundo o en otro si lo hay. Que mis besos se mueren de pena en mis labios porque no estás, que mi sonrisa vive en otras miradas porque no puede vivir en la tuya, que mi cariño es un velero que surca el mar de tu ausencia y enarbola la negra bandera que muestra mi duelo. Quiero que lo sepas y no lo olvides nunca. Yo no destruí nada, porque si yo te enseñé a soñar debes saber que yo ya no sueño, y que quizás no vuelva a soñar jamás, que si tú no duermes yo permanezco despierto pensando en ti. Y si alguna vez nos vemos espero que me abraces como yo lo haré contigo, porque para mí no hay nadie más importante que tú. Siento que no luchases por tenerme a tu lado pero no siempre podemos tener lo que queremos y no siempre lo que queremos es posible. Es la última lección que te dejé antes de irme.
Donde quiera que estés yo estaré contigo, solo tienes que cerrar los ojos un momento y me sentirás como si nunca me hubiese ido.

Y nunca te disparé, de hecho las únicas armas que tenía para luchar en esta guerra absurda eráis vosotras, tu hermana y tú, y sabes qué, nunca quisisteis que os usara y nunca os usé. Sangré por las mil heridas que me causó vuestra madre y aún así me mantuve a vuestro lado porque os quería y no os utilicé jamás contra ella porque no habría sido justo. Así que nunca me acuses de cosas que no hice, solo quería ser feliz junto a vosotras, y me marché porque cada día me sentía morir y no encontré vuestro consuelo. Solo eso mi dulce Begoñita, yo no olvido el camino pero yo no os llevé a ningún precipicio yo ya estaba allí cuando vosotras llegasteis y quién me empujó fue vuestra madre.

A Begoña Puentes Carmena, a quién siempre consideraré mi hija, mi tesoro, mi yo en femenino, porque ella vive en mí y yo vivo en ella, porque se que echa de menos mis caricias como yo echo de menos sus sonrisas, porque si alguna vez tengo una hija que sea mía, no quiero que sea como ella, quiero que sea ella.

Semper Fidelis.



NO DEJO DE PENSAR EN TI
VIVIRÉ EN OTROS OJOS, EN OTROS LABIOS
PERO SIEMPRE ESTARÉ EN LOS TUYOS.
LA ETERNIDAD ES MUY CORTA
Y EL OLVIDO MUY LARGO.




No hay comentarios:

Publicar un comentario