Hoy es un día especial, un día que siempre hemos pasado juntos, un día donde tu ausencia se notará aún más. Tengo un nudo en el corazón, y una tristeza en el alma cuando pienso que este día, nuestro día, lo pasaré entre retales de una soledad perpetua, que las horas se deslizarán como un rumor de pasos que se alejan cada vez más de mi. Pasearé mi tristeza por los rostros de aquellos que me quieren, beberé de sus sonrisas intentando saciar una sed de ti que me esta matando, una sed de tu cariño que esta ahogando a mi corazón en un mar de sentimientos perdidos. Hoy no podré tocar tu dulzura, deslizar mi mano entre tu pelo bruno y acariciar la belleza que vive perenne en tu rostro, no podré hacerte cosquillas en el sofá donde dormitan tantos sueños compartidos, tantos momentos de felicidad adormecidos por una ausencia que devora mi vida. Te echo de menos como el mar añora la brisa que lo mece con ternura, como el sol que vaga tras la luna, como mi fidelidad que besa tu locura. Es un día triste, como todos los que desfilan por una vida que solo piensa en la muerte, como mi corazón que se obstina en quererte, como el silencio que bate sus alas para intentar retenerte. Será un día largo, mendigando tus besos perdidos en los atrios del olvido, esperando que una palabra tuya alimente una fe, que a pesar de tus engaños, permanece fiel a todos tus encantos. Quizás el tiempo me devuelva todo lo que se ha llevado y tú, mi amor, cansada de tristes desengaños vuelvas mal herida a mi lado. No lo sé, lo espero. Como la noche espera al día, como mi amor llora tu partida, como mis besos se queman en el fuego de tu huida. Hoy me he despertado con tu nombre,.........., atado a mis labios, con tu rostro esculpido en la tristeza más profunda, con el aroma de mil noches vividas, que tal vez, nunca regresarán. Hoy me he levantado pensando que has vendido mi amor inmortal por unos miseros abrazos, por unos sueños nocturnos que tus dudas han despertado, por unas palabras sin labios que me han robado todo aquello que te he dado, y mi amor que se agita moribundo a las puertas de tu vida exhala su último suspiro esperando el aliento de tus labios enamorados.
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