viernes, 14 de marzo de 2014

Esta noche el silencio se mete en mi cama. Las palabras sobran cuando los besos juegan a adultos. Esta noche sus manos pronuncian sentencias de amor condenatorias, plegarias hechas con gemidos que acaban en orgasmos estridentes. La miro y mi sonrisa se quiebra cuando sueña el corazón, poco importan los amores eternos ante unos pechos perfectos y unas caderas calientes. El olvido esta noche ha huido de casa, la nostalgia se suicidó al salir de la alcoba, el dolor se bate en duelo para no morir de apatía, las penas se ahogan en vaginas de eterna alegría. Esta noche mis sueños bostezan ante sus ojos de ónice, mis manos que tanto lloraron su ausencia ahora juegan traviesas por los rincones de la pulcra indecencia. Ronronea mientras se despereza en la cama, su cuerpo de nácar, sus mohines de dama, su risa que acaricia mi alma, su lengua que juega a ser mala. Admiro sus mimos de gata traviesa, sus ademanes de niña alocada, sus piernas que hablan sin decir nada. Busco su boca, el sabor de sus labios alimentando a los míos, el placer de sus ojos cuando me mira y se calla, cuando abre sus piernas infinitas y el deseo estalla. Esta noche mi amor te acompaña, un arco iris de excesos sin prisa,  hasta que el alba despierte y toda esta bacanal vuelva a la calma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario