jueves, 13 de marzo de 2014

Otro día en el paraíso. Otro día alejado de sus ojos, del placer de su voz tiritando entre mis manos cautivas. Quisiera ser aire para poder acariciarla en silencio sin que se percatara de ello. Poder rozar su pelo negro y jugar con sus rizos que siempre bailan traviesos. Ojala fuese aire, tímida brisa danzando en su vida por siempre jamás. Poder recorrer las curvas de su cuerpo sin exhalar un aliento, poder rozar sus labios y robarle mil besos. Quisiera ser aire para estar a su lado, para secar las lágrimas que el tiempo le robe, para acariciar sus mejillas con un simple roce. Ojalá fuese aire para poder tomar su mano y llevarla muy lejos, para envolverla en mi manto aéreo y que el dolor que habita en el mundo no pudiese hacerle ningún daño. Ojala fuese aire, limpio y cálido, para abrazarla en su llanto y susurrarle "no llores...., te amo". Quisiera ser aire para guiarla en sus pasos, para protegerla de ese mundo, al que hoy, ha escapado. Quisiera ser aire para que con un simple suspiro bese sus labios, para entrar en su alcoba y con un soplo suave desnudar sus encantos. Quisiera ser aire para agarrar su cintura y bailar bajo un cielo estrellado, para cantarle al odio poemas hechos con rayos de sol y noches de luna, para decirle "que como ella..., ninguna". Ojalá fuese aire, aunque solo fuese un instante, para poder ser por siempre su amante.



De un genio para su ama. 

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