Paraísos Perdidos

Cada día es una condena que cumplo alejado de tu vida, un fluir de pensamientos huérfanos que manan desde mi corazón a tu ausencia. Sé que ya no estás, que tu aliento se perdió entre páginas de contactos y visitas sin corazón, lo sé. Viví en un laberinto de hombres que paseaban su exigua elegancia por los atrios de nuestra vida gastada. Te amaba tanto, te amo tanto, que dejé que el tiempo se perdiese entre rumores de pasiones lejanas. Mi vida era una égloga a la tuya, un canto eterno a toda la belleza que atesoras en cada uno de tus gestos, en cada uno de tus mohines de niña atrevida. Alimentaste mis días con tus sonrisas, con tus juegos, con toda la poesía que fluía de tus encantos. Te dejé volar, sola, libre, en un cielo de promesas que al final abatieron tu gracia a un mundo dominado por las mentiras de peregrinos harapientos de sexo. Ahora eres reina, princesa de un mundo desprovisto de mi amor, de lechos ardientes donde se consumen pasiones perdidas que no alimentan a nadie.Quizás seas feliz, pero en el reino que has creado donde antes hubo un paraíso, tus lágrimas pasearan retales de tu pena por doquier, y cuando ya no haya nada que ahogue tu llanto, sé que será mi nombre el que grites, sé que me buscarás en este mundo, donde peregrino abandonado, para sentir que un amor sin condiciones continua a tu lado, que las viejas caricias que dejaste nunca las he olvidado. Esperaré, porque aunque ahora me lo hayas robado, tu corazón me pertenece para siempre. Tus besos gastados por el uso volverán de nuevo a mis labios, para saciar su necesidad de un amor consolado. Lloró cada día, es mi plegaria desde tu huida, la oración que entona mi amor huérfano de tus caricias. Y cuando la dulzura torne en dolor y las palabras de tantos amantes pasajeros solo sean ceniza en el viento, entonces sé que recostarás tu cabeza en mi regazo olvidado, y todas las penas consumidas se perderán entre la lealtad de mis tímidos abrazos.

De un genio para su ama.