Los días pasan, se deslizan entre mis pensamientos como sueños mecidos por un tiempo parco en alegrías. Las horas bostezan entre las ruinas de corazones rotos, deambulan sin rumbo por parajes marchitos de besos donde no queda nada. La vida fluye entre mi dolor malgastando día tras día, hora tras hora y los recuerdos que se aferran a mis entrañas pidiendo volver. Sé que la soledad será mi compañera durante un tiempo que se hará infinito, que mis huellas se borrarán en la tristeza del camino, y que la luz que guiaba mis pasos se extinguirá como si jamás hubiese existido. Cuando el amor se muere nace el olvido, y todos los anhelos vividos huyen a mundos prohibidos. Los días se escriben con recuerdos perdidos, las noches con sueños heridos. Sé que la he perdido, que en su vida mis besos han sido abolidos, que no habrá un mañana donde recostar mi cabeza y soñar con su eterna belleza, pero mi corazón siempre le será fiel porque en su terca necedad no esta dispuesto a olvidar.
De un genio para su ama.
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