jueves, 3 de julio de 2014

Dame tu nombre y tu dirección, el lugar donde ahora se mueren tus sueños y el código postal que tiene tú actual corazón. Meteré en un sobre todos mis besos, mis anhelos  y mi absoluta devoción, y te lo mandaré todo, sin acuse de recibo a tu nueva dirección, para que hagas con ellos lo que hiciste con mi amor. Quémalo todo en el fuego infame de tu traición, que no quede ni un solo resto de los sentimientos que un día vivieron por siempre en tu corazón, que el tiempo devore hasta el último aliento de un amor que pereció en las garras de tu orgullo y fue enterrado en el cementerio de tus mentiras. Que el frío viento del norte se lleve las cenizas muy lejos, tan lejos que ni mis recuerdos puedan volver a rozar tu alma infectada de celos ni mis besos tocar tus labios hechos de hielo. 

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