Dicen que cuando amas a alguien es fácil perdonar, no lo creo así y es que no es así. Cuanto más amas a alguien más difícil es olvidar la traición de sus actos. Cuando amas a alguien es más sencillo no hacerle daño y de ese modo nunca habrá nada que perdonar, nunca habrá nada que olvidar porque hay personas a las que el olvido no les permite olvidar, y es que una vez que has traicionado la fe de quienes te quieren ya no hay marcha atrás, no sé puede restaurar una confianza que ha muerto en la soledad de las mentiras. Hay actos tan desleales que nunca pueden ser perdonados aunque tu corazón suplique que les concedas un indulto y el olvido luche a brazo partido con tu razón. Los amigos nunca necesitarán tu perdón porque nunca harán nada que haya que perdonar, es así de sencillo. Si alguna vez has de perdonar a un amigo de verdad, perdónalo si eso te hace estar en paz contigo mismo, pero aléjate para siempre de él porque no merece ni un minuto de tu tiempo ni un espacio reservado en el palacio que es tu vida, no merece nada. Te habrá mentido cada instante que has estado a su lado, y una persona así no merece ni un ápice de tu respeto, solo merece el olvido más cruel en las salas que conforman el pasado.
La amistad es el sentimiento más puro que hay en el mundo. Está libre de las cadenas con las que el amor ata a dos personas. El amor es un tanto egoísta, pero la amistad es un sentimiento que acaricia la libertad con manos sinceras, es un río de lealtad que une a dos personas sin ningún interés personal, solo la capacidad de sacrificarse por alguien sin pedir nada a cambio. De llorar si llora, de reír si ríe, de compartir momentos, buenos y malos, y estar ahí, a su lado, para que la otra persona sepa que nunca estará sola porque tú siempre estarás con ella aunque solo sea para guardar sus lágrimas. Es por todo esto que quien traiciona tu amistad es menos que nada, y nada merece. No llores por esa persona porque nunca fue tu amiga, habrá sido una más en el camino que perfila tu existencia, solo eso, una persona más, y por alguien así no merece la pena malgastar ni tu tiempo ni tu vida.
Hay que tener un corazón negro para causar dolor a la persona que más te quiere, y hay que tener una mente simple para traicionar a quien más necesitas. Cuando la estupidez se alía con la ignorancia y las malas artes suceden cosas increíbles, casi sobrenaturales.
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