Háblame de ti. Sé como eres, pero quiero saberlo otra vez. Háblame de ti, de cuando eras niña y soñabas. Ya me lo contaste una vez, pero era tan bonito que no me canso de escucharlo. Háblame de promesas y anhelos, como cuando te miraba a los ojos y solo veía tu sonrisa. Háblame de tus besos, sé que son míos, pero saben a chocolate y pasión cuando están en tus labios. Háblame de ti, no importa que lo sepa todo, seguro que aún me quedan tesoros por descubrir. Háblame de ti, solo quiero escuchar tu voz, el sonido del tiempo que me trae la felicidad. Háblame del amor Irina. No del que habita en el mundo, solo del que vive en tu corazón, ese que conquista mis sueños y acalla mi razón. Y cuando acabes quiero que tus labios sellen esta conversación, porque no hay en el mundo otra mujer que me hable con el corazón.

Tú que me salvaste eres la dueña de todo lo que poseo. Cuídalo con esmero porque nadie te ofrecerá nunca tanto; todo lo que soy y todo lo que tengo.