miércoles, 16 de julio de 2014

INJUSTICIA

No soporto que los fuertes se aprovechen de los débiles, que las injusticias queden sin castigo, que aquellos que ofenden y traicionan lo hagan con total impunidad porque no tienen miedo a la justicia, que la palabras corten más que una espada y que las acciones hieran más que una bala. Que la verdad muera a manos de la mentira, que las buenas personas lloren mordidas por la incomprensión de la malas personas, que la hipocresía gane batallas mientras la sinceridad se desangra herida de muerte, que critiquen a las putas que hacen la calle y no a las que usan sus malas artes para joder al prójimo. No soporto que un niño lloré porque lo vence el hambre, que una mujer sufra porque le demuestren el cariño a golpes, que el amor se muera de asco por princesas cuyo corazón vomita calumnias. Que el amor se venda en conserva y tenga fecha de caducidad, que los besos sean tan caros que los pobres no los puedan pagar, que las lenguas viperinas escupan veneno a la cara de personas con corazones hermosos, que los poderosos hagan su voluntad sin importar a quienes puedan dañar. No soporto la traición y tampoco a los traidores porque quien te engaña una vez lo hará siempre. Que la inteligencia sea seducida por la estupidez en ropa interior y que la inocencia sea violada por palabras que no tienen pudor. Que la amistad sea ultrajada por actos que no merecen el perdón y que mientras se muere en la acera sufra la más horrible humillación. No soporto la zalamería con sus buenas palabras y las puñaladas por la espalda, ni a quienes te regalan sonrisas envueltas con tristes mentiras. No soporto que la felicidad se muera de olvido mientras las desgracias pasean su falsa belleza por el paraíso, que una lágrima valga más que una sonrisa, que un golpe dé la razón a la desdicha, que haya en el mundo personas que mientan y maten por avaricia, que te miren a los ojos y te escupan promesas que nunca piensan cumplir. No soporto que la verdad viva enjaulada en cárceles de oro mientras la falacia vive en palacios hechos de promesas rotas, que quienes me daban su amor ahora me miren de lejos y hayan olvidado que fui el dueño de su corazón, que el orgullo pisotee a la dignidad. No soporto que quienes no te quieren se paseen por tu vida como si fuese la suya, si tienen una vida que la vivan y sino la tienen que la busquen, pero mi vida es mía y no las quiero en ella. No soporto la mala educación como no soporto a las mujeres que no tienen corazón, que la belleza valga más que la honestidad, que con una vagina se pueda poner precio a la humanidad.
Y si alguien me ofende o me traiciona que tarde o temprano espere mi venganza, porque errar es humano y  perdonar es divino, pero olvidar es de idiotas. Nunca olvides, y perdona a quienes de verdad se merezcan tu perdón, a los demás espero que mi venganza los alcance algún día, y sino es la mía que sea la de tantos otros corazones a los que tan gentilmente le habéis regalado vuestra traición, porque vosotras no lo sabéis, pero el destino os persigue y cuando os alcance solo quedarán despojos de unas vidas miserables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario