lunes, 7 de julio de 2014

EL CAMINO

Viajo por el valle de la ira perseguido por recuerdos que intentan devorar mi alma con mandíbulas hechas de amores corrompidos. Y escapé de la muerte cuando sus besos casi conquistan mi vida. Sueño despierto, y mis sueños se mueren heridos por el filo de recuerdos agónicos que me regalan momentos hechos de miedo. Ya no me importan tus besos, y aunque me duele la vida, es un dolor llevadero. Es un dolor que atenaza mi pecho como una ola que rompe contra un acantilado por despecho, porque sabe que la constancia le regalará la victoria. Ahora que vivo despacio tú quieres que la prisa me robe mi tiempo, cuando ya no tengo tiempo para dedicar a tus besos, a todos esos excesos que una vez llenaron de tiempo mi vida. Viajo ligero de equipaje porque no me pienso quedar en lugares donde no haya pasión, en corazones donde no haya calor, en sexos que dejan entrar a cualquiera sin invitación. No me busques porque no me encontrarás. Me he ido a lugares donde los besos sepan a mar, donde las caricias te puedan quemar, donde un orgasmo no suene vacío cuando la lujuria besa al deseo, y todo en el mundo no sea un placer pasajero.
Caí en los brazos de una dama llamada desidia porque nadie me dijo que en sus labios no había pasión, alquilé mi corazón a amores que lloraban por deseos inconfesables, y me acosté con mujeres que no tenían corazón. Viví de alquiler en caderas hechas de espuma, en pechos que cuando te miran solo los quieres besar. No dejé mi dirección a nadie, porque no había nadie que me quisiera buscar, y me refugié en los brazos de una dama que se llama eternidad. Esperé por esperar, en las puertas del cielo, le pedí las llaves a San Pedro pero no me dejó entrar, me dijo: que un corazón tan triste no tiene sitio en el cielo que vuelva cuando mi risa ya no ande de duelo. He vivido en paraísos hechos de anhelos, donde pasear era un placer de diario, donde las mujeres regalaban orgasmos sin que les pidieses su mano, donde un sentimiento vencía a una traición. En el camino he hecho amigos y perdido ilusiones, he llorado de alegría y he sonreído para asustar a la tristeza, me he enamorado de la falsa belleza y por un tiempo perseguí un cometa que surcó el universo que dibuja mi pena.
La primavera se hizo verano y el otoño invierno, y en el frío ocaso del tiempo olvidé que mi corazón se quedó junto al tuyo, que me dejé un ramillete de besos usados y que mi amor vive la condena de un corazón solitario. Y tuve que volver a recoger mis sueños gastados, a beber de amores pasados, a rozar con mi mente cuerpos que yacían olvidados. Entré de puntillas, como otras tantas veces había entrado, y me encontré que en tu cama ya no yacía una dama, que toda la belleza que tanto admiraba se murió de olvido una triste mañana. No te desperté, nada quería de ti, solo cogí mi corazón, mis besos usados y mi amor olvidado, y salí de tu vida como entré, con un amor callado que te amo en el silencio de mil sueños pasados. Ahora sé que tengo abiertas las puertas del cielo, que el olvido ya no besa mi alma, que mi corazón ya no se muere en tu cama, que la vida que se escapó una mañana no era mi vida solo era un sueño que mi alma soñaba.

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