sábado, 19 de julio de 2014

HAY PECADOS

Hay pecados que merecen cometerse por dulces, ardientes y lascivos. Hay pecados que cuando los besas sabes que ya estas condenado. Hay pecados que visten de luto por amores que murieron sin poder ser salvados. Hay pecados que cuando los cometo no recuerdo que hay un cielo donde ya no podré vivir. Hay pecados que alimentan el deseo y cuando los tocas poco importa que exista un infierno. Hay pecados con nombre de mujer que los cometerías una y otra vez, hasta que tu alma llegase a enloquecer. Hay pecados que se visten de diario para tentar a las almas inocentes, que se ponen sus mejores galas y abren grietas en el firmamento del deseo. Hay pecados que cuando pasan a tu lado huelen a cielos que nunca has tocado, y no puedes evitar la tentación de enamorarlos. Hay pecados que hay que condenarlos, por arrogantes, orgullosos y altivos. Son pecados que cuando los miro me hacen llorar, que no los quiero tocar, que me da miedo que me quieran besar. Hay pecados que te miran a los ojos y sabes que nunca serás perdonado, que vivirás en ellos aunque tu alma arda de miedo. Hay pecados que caminan con gracia, que le miras el culo y sabes donde se esconde el paraíso, y no está en el cielo, está entre las piernas preciosas que esconden oscuros anhelos. Hay pecados a los que no le afecta el tiempo, que son tan hermosos que viven para siempre en el interior de los ojos. Hay pecados hechos de celos, que los tocas y saben a hierro. Hay pecados que se desnudan sin pudor, que solo buscan un poco de amor. Hay pecados que vuelan tan alto que solo si tienes alas puedes tocarlos. Hay pecados que te dicen que si, pero quieren decirte que no. Hay pecados tan dulces que los comerías todos los días. Hay pecados que cuando los acaricias ronronean como un gatito travieso, pero que cuando se enfadan sacan sus garras para arañar al destino. Hay pecados que escriben disculpas y las lanzan al viento para buscar el perdón, que solo quieren tener un corazón. Hay pecados que merecen ser castigados porque roban los sueños, que vagan por el mundo solos, sin dueño, porque cuando los tocas engendran olvido. Hay pecados chiquitos que balbucean condenas minúsculas. Hay pecados que han tentado a mi alma, que me han hecho perder el cielo, pecados con un corazón de hielo, por los que he caminado como si el paraíso nunca me hubiese importado.

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