lunes, 21 de julio de 2014

EN EL FONDO DEL VASO

Te has marchado, me has dejado como se dejan un par de zapatos usados y te has ido. Sé que ya no te importa, pero quiero que sepas que cuando el amor se muere hay corazones que se visten de luto y nunca dejan de estar tristes, y otros se van de bares y ahogan su dolor en el fondo de un vaso vacío donde mueren todas las noches. No pienso en ti, pero en la barra de este bar que ahora es mi hogar las horas pasan despacio entre mi llanto y tu risa, y cada trago que me hace beber la vida no me quita la sed, una sed de ti que ni el paso del tiempo podrá calmar. Bebo porque dicen que te hace olvidar, pero cada vaso que besa mis labios es un recuerdo gastado que se pierde en la belleza de tu rostro, en el latido de una ausencia que golpea mi memoria con la fuerza de un titán. La vida me dice: no bebas más, recuerda que tus penas, una vez, hace tiempo, aprendieron a nadar, por mucho que bebas nunca las podrás ahogar. No hay dolor más intenso que el que te causan los corazones que viven amores no correspondidos, que se ahogan en mares de besos porque nunca aprendieron a nadar en los labios de la verdad. Bebo para que el silencio me deje de gritar, para que el pasado no vuelva jamás, para que el amor se calle y me deje de hablar. Quiero otra ronda, no me mires así, pon otro vaso de tiernas locuras y que esta noche se muera la insulsa dulzura. Esta noche quiero emborracharme de besos, cometer mil excesos, que cuando salga la luna mi alma haya perdido su virginidad, y que los amores que solo están de paso se queden un rato más, que las mujeres que cobran por amar esta noche lo hagan gratis porque alguien las haya sabido besar, porque hay momentos tan tiernos que el amor no se puede comprar. Estoy borracho, por mis venas corre el deseo como un veneno que me mata poco a poco y me siento morir, pero en la barra de este bar, esta noche, he pagado por comenzar de nuevo a vivir.

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